Es cierto que los dirigibles tienen algunas ventajas a tener en cuenta, como que apenas contaminan, tienen un vuelo silencioso, pueden aterrizar en cualquier sitio o que poseen bastante autonomía; pero las contras de estos medios de transporte son considerables, pues es escasa la capacidad de maniobra, son muy vulnerables a los vientos y a las condiciones meteorológicas desfavorables y no alcanzan demasiada altitud de vuelo.
Estas ultimas desventajas sumadas a numerosos accidentes como el del Hindenburg, (en el que murieron 36 personas, un tercio de los pasajeros) propiciaron el fin del uso de los dirigibles.